ETHICS CIUDAD DE ASIS

Este espacio contiene recopilación de poemas, cuentos de diferentes autores y de mi autoría, además guías de trabajo y material orientado a las estudiantes y a los estudiantes de la IECA. Espero que sea de su complacencia.

Para meditar las palabras del Ave MaríaFuente: Autor: P. Mariano de Blas LC El 7 de Octubre celebramos a Nuestra Señora del Rosario y todo el mes recordamos esta maravillosa oración. Vamos a meditar las palabras del Ave María, para que al repetirlas disfrutemos mas el Rosario Dios te salve Te saludo con todo mi amor y con toda la alegría de mi corazón.’ Dios te salve, Bendita. Y bendícenos a nosotros, los hijos de la Bendita entre todas las mujeres. Todos tus hijos del mundo, en las ciudades populosas, en los valles y montañas de los cinco continentes te saludan a diario cuando rezan el avemaría. Yo me uno a ese coro de hijos amantes y felices, Oh Madre bendita. Sí, bendita mil veces, bendita para siempre. Dios te salve… María Me encanta pronunciar tu nombre porque es el tuyo: María, Virgen María, Santa María de Guadalupe. Tu nombre ha poblado de bellas iglesias las ciudades y las montañas. Lo pronuncian con grandísimo amor y ternura los jóvenes, los adultos y los niños, Tu nombre lo llevan con orgullo santo millones de mujeres del mundo cristiano. Porque te aman y porque quieren parecerse a Ti. Necesitamos de verdad en nuestro mundo muchas Marías que tengan un corazón parecido al tuyo. María bendita, míranos con tus ojos de cristal, con tus ojos purísimos de paloma, y llénanos de tu perfumada presencia, de tu ternura inmensa, de tu fe y de tu amor. Dios te salve, María… Llena eres de gracia Cántaro que rebosa de la gracia, de la vida de Dios, de su amor inefable, de su santidad. Más santa y pura que todos los santos, más que los querubines y serafines. Por eso la belleza de tu alma y de tu rostro son el encanto de tu Dios. Y el encanto de nosotros también. Nos colma de tanta alegría saber que nuestra madre es tan santa, tan bella, tan pura y tan sencilla. Así te saludó el ángel: Llena de gracia, impresionado de tu alma. Dios te salve, María, llena eres de gracia… El Señor es contigo Esta frase de la Biblia siempre va después del “No tengas miedo”. Desde que naciste Dios ha estado contigo, porque te cuidó como a su perla preciosa, a su rosa exquisita. Él te preparó desde muy niña con sus manos santas para que fueras después su Madre santa. Todo el amor infinito de Dios cuidando una flor llamada María. Estuvo contigo en tus años de infancia cuidando a la niña más bella, más santa, más querida. Te cuidó en la adolescencia preparando tu alma y tu cuerpo bendito y santísimo para la maternidad. El Señor está contigo: Te lo dijo un arcángel y él sabía lo que decía. Contigo estuvo en los años de tu embarazo, dentro de tu seno, haciéndose un niño por amor a nosotros. Toda tu vida terrena estuvo contigo. Y Tú estuviste con Él. Fuiste madre, nueva Eva, corredentora. Estuvo contigo en la cruz, muriendo junto a Ti. También estuviste Tú con Él, hasta que murió en el patíbulo y pasó de los brazos muertos de la cruz a los brazos vivos y amorosos de su madre. Estuvo contigo en los años de tu soledad, santificando a su madre amadísima, para que llegara al cielo resplandeciente como el sol y blanca como la luna. Contigo está y estará por toda la eternidad en el cielo. Dios te salve, María, llena eres de gracia, El Señor es contigo…. Bendita Tú eres entre todas las mujeres ¿Qué es Eva comparada contigo? ¿Qué son las mujeres de la tierra junto a Ti? Tú eres la imagen perfecta, única de la mujer que quiso crear. Por eso, las mujeres, si no se llaman Marías, al menos deben serlo, parecerse a Ti que eres el modelo preciosísimo de la mujer cristiana. Querer llamarse como Tú es una buena elección. Pero parecerse a Ti debe ser su ideal. Modelo de niña y mujer, adorable modelo de madre y esposa. Porque Tú pasaste por todas las etapas del crecimiento de la mujer, enseñando cómo se puede ser una gran mujer, una mujer santa, un apóstol de Jesús, y, además, una mujer feliz... Con muy poco presupuesto, en una casita humilde, pero donde estaba Dios, y donde Dios está nada hace falta. La pobre casita de María rebosaba de amor, de santidad y de felicidad. Dios te salve, María, llena eres de gracia, El Señor es contigo. Bendita Tú eres entre todas las mujeres… Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús Bendita la flor, bendito también el fruto. Jesús, el amado del Padre ha nacido de Ti como la rosa del rosal. La rosa pertenece al rosal. Jesús te pertenece, es tuyo, hijo tuyo, fruto de tus purísimas entrañas. Y Tú eres de Jesús, toda de Jesús, pues Él, además de ser hijo tuyo, es tu Dios omnipotente, del que te consideras su esclava. Jesús y Tú sois, además, de nosotros. Jesús, porque Tú nos lo diste, en un gesto de amor único y lleno de misericordia… Y Tú nos perteneces porque Él te convirtió en Madre, en Madre nuestra. Entre las palabras que siempre meditas en tu corazón, están éstas: “Ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu madre”. Para nosotros esta sola frase constituye todo un evangelio, una buena nueva. Si Jesús es nuestro, si María es nuestra, ¿qué dificultad nos podrá derrotar? ¡Qué poco felices nos atrevemos a ser cuando nos han dado la llave de la felicidad, de la felicidad completa y eterna! Dios te salve, María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, Bendita Tú eres entre todas las mujeres Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María Si María es tu nombre, santa, santísima es tu sobrenombre, La cualidad que siempre va con tu nombre. Por eso tu nombre nos produce inmensa alegría y al mismo tiempo gran respeto. Santa María, dulce María, eres bellísimo jardín donde crecen las flores más bellas. Espiga dorada pletórica de fruto, mística rosa, perfumada y más pura que todas las rosas del mundo. Santa María, dulce Madre, Virgen pura, Reina bellísima y sencilla campesina de la entrañable campiña de Nazaret. Madre de Dios Te amamos como Madre nuestra y te veneramos como madre de Dios, grandeza incomparable que te ennoblece y nos llena de orgullo santo, porque nuestra madre es también madre de Dios. Para tan alto privilegio se requería una Madre virgen una virgen santa una mártir del alma una criatura llena de gracia y una humildísima esclava del Señor, que supiera decir: Hágase en Mí según tu palabra. ¿Cómo pudiste poseer al mismo tiempo la máxima grandeza y la más fina y profunda humildad? Dios te consideró digna madre suya. Aceptó ser Hijo de tus entrañas. Te hizo grande el que todo lo puede y tú te hiciste pequeña como una esclava al completo servicio de tu Señor. Madre y esclava del Señor. Como Madre de Dios me infundes un respeto inmenso. Como esclava del Señor una ternura infinita. Ruega por nosotros, pecadores Somos tus hijos pecadores Somos hijos pródigos que hemos recorrido los senderos del pecado y del hastío. Fuimos hijos de una madre pecadora, antes de ser aceptados por una Madre Inmaculada. Ruega a tu Hijo omnipotente, Tú que eres la omnipotencia suplicante. Ruega siempre para que no nos engañe más el padre de la mentira. Dile a Jesús que no tenemos vino, que se nos ha terminado la alegría y el amor. Pide para nosotros el milagro de la resurrección cuando caemos muertos de cansancio y de dolor. El que dijo ser la resurrección y la vida es hijo tuyo. El que dijo ser la Verdad y la Vida, te llama Madre. Entonces, suplícale que nos otorgue la resurrección y la vida. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores… Ahora… El día de hoy, El día de las oportunidades de santificarnos o de pecar. Hoy, el día al que le basta su afán. El único día que tenemos en las manos. Que lo llenemos de amor y de bondad. Ahora líbranos de caer en la tentación. Hoy que sepamos amar a nuestros prójimos, Hoy que no endurezcamos el corazón, Hoy que oigamos la voz del Espíritu Santo. Ahora, en este presente que se transforma constantemente en futuro. Hoy, que el día de hoy amemos, nos santifiquemos, Seamos instrumentos de la paz de Jesús. Hoy, en esta pequeña vida que es el día presente. Y en la hora de nuestra muerte. Amén. En ese momento en el que se juega nuestra salvación eterna. Ese último día que sepamos decir un último “Te amo en este mundo” para repetirlo en la otra vida por siempre. Ruega por los que en ese momento no están preparados, para que si no vivieron en gracia, mueran en gracia de Dios y no vayan al eterno dolor. Ruega por los niños cuyo primer día de vida coincide con el de su terrible muerte. Así como lograste que el buen ladrón se arrepintiera el día de su muerte, consigue esa misma gracia a los pecadores más rudos, a los que no aceptan a tu Hijo. Une a la misericordia de Dios, tu bondad maternal para salvarles de las garras de Satanás, de la eterna condenación. Ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Meditaremos los Misterios del Rosario y las Letanías. Meditando en cada uno de ellos, rezaremos con más alegría esta oración que tanto le gusta a María Nuestra Madre

Creer y AmarFuente: Gama - Virtrudes y Valores Autor: P. Fernando Pascual, L.C.

Entre el creer y el amar hay una relación tan estrecha, tan íntima, que nos resulta difícil responder a la pregunta: ¿uno ama porque cree, o uno cree porque ama? En efecto: creer, fiarse, dar la propia confianza a otra persona es posible solamente si uno ama, si uno descubre la bondad que el otro encierra. Un hijo se fía ciegamente de su madre porque la ama (y porque se siente profundamente amada por ella). Un esposo confía sin condiciones la economía familiar a su esposa sólo si está profundamente enamorada de ella, hasta el punto de dejar en sus manos los secretos más profundos de su corazón... y de su cartera. A la vez, amamos a los demás cuando somos capaces de renunciar a pedir pruebas y nos fiamos, nos abandonamos a la fe. El esposo o la esposa aman sin tener una total certeza de lo que vaya a ser la vida matrimonial. Un matrimonio que sea simplemente un contrato para estar juntos mientras todo ocurra según lo que a cada uno le parezca bien es la negación más completa del amor. Un hijo que antes de tomar la sopa que le ha preparado su madre (o su padre, pues los maridos cada día aprenden a cocinar mejor...) hace un análisis clínico para comprobar que no tenga veneno no refleja sólo que le falta fe en sus padres, sino también, con toda seguridad, que en esa familia no hay verdadero amor. Hay algunos que dicen que el mundo actual vive una profunda crisis de fe, que casi no es posible creer en el siglo XXI. Si esto fuese verdad, habría que afirmar también que el mundo vive una crisis de amor, pues sin fe es imposible amar. Cuando no podemos fiarnos del otro tampoco podemos llegar a vivir, en profundidad, lo que significa amar. Porque amar, como creer, es darle al otro o a la otra, al padre o al hijo, nuestro afecto por encima de las pruebas empíricas que podamos tener para estar “químicamente seguros” de la bondad y de la honradez del otro. Vivir buscando siempre, en todos los asuntos y aventuras de la vida, pruebas absolutas de que nadie nos engaña es encerrarse en uno mismo hasta los límites de la locura. Un mínimo de salud mental nos pide vivir, un poco o un mucho, agarrados de la fe la mayor parte de nuestros actos, desde que nos saluda el portero de casa hasta el momento en el que tomamos una pastilla que hemos comprado en la farmacia. Incluso para los que han sufrido la amargura del engaño y la traición, descubrir que los engañadores son pocos o, al menos, no son todos, permite abrir el corazón para empezar a amar. Con todos los riesgos, pero con todas las ventajas que el amor lleva consigo. Es mejor equivocarse porque uno se fía “de más” que equivocarse porque uno “acierta” siempre al no fiarse de nadie... pero falla en lo más importante: en el ser capaz de amar. Creer es fácil porque estamos hechos para amar. Amar es posible porque otros se han fiado de nosotros y vivimos gracias a aquellos de los que nos hemos fiado. Así de sencilla es la ley de la vida humana. Así de fácil es el camino de la felicidad.
¡Vence el mal con el bien!

Autor: Alejandro García del Olmo
Es muy normal que tengamos curiosidad por saber qué pasará en el futuro, pero dime ¿qué harías si supieras qué va a ser de ti mañana? Quizá si supieras que vas a ser un gran empresario, empezarías a ver de qué manera manejar mejor tu dinero; o si supieras que te enfermarás, comenzarías con poner todos los medios para prever dicha enfermedad y, si en el peor de los casos, te dicen que morirás, seguramente comenzarías de inmediato a dejar listos esos pendientes que tienes, y sobre todo te acercarías a la confesión para estar en gracia. ¡Cuántas cosas haríamos, ¿verdad?! Nosotros, cristianos, no consultamos horóscopos o personas que supuestamente dicen el futuro, porque ello contradice el honor y el respeto que debemos a Dios. Querer saber el futuro es querer ser iguales a Dios, pretensión tan soberbia como absurda. Debemos confiar a la Providencia divina nuestra vida, confiar en Dios como Padre que es. Así que olvídate de andar por ahí con consultas a los astros, horóscopos y adivinos. Lo que te recomiendo es que comiences hoy por hacer todas esas cosas que harías si supieras tu futuro. No te preocupes del mañana, mejor ocúpate del presente. La ciencia que responde a los interrogantes que nos provocan las estrellas es la astronomía. Esta disciplina nació entre los caldeos hace unos treinta o cuarenta siglos y sigue progresando hoy gracias a los programas espaciales de Estados Unidos y Rusia. Junto a este saber, como hongo nacido en medio de un hermoso jardín, apareció la astrología, ficción que pretende determinar una supuesta influencia sobre nuestras vidas por parte de los cuerpos celestes. La palabra "horóscopo" se utilizaba en los siglos pasados para designar a los sacerdotes encargados de observar el curso de las estrellas. Luego pasó a significar la influencia que los astros habrían de tener sobre nuestras vidas. Esta creencia tan absurda, sigue influyendo en algunas personas de nuestro nuevo siglo XXI. El zodiaco es una franja imaginaria del firmamento donde aparecen doce constelaciones que se pueden observar a simple vista. Las doce constelaciones del zodiaco son Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpión, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Estos doce nombres provienen de palabras latinas que indican diversas divinidades mitológicas veneradas entre los antiguos caldeos. Los horóscopos dicen que nuestra vida depende de la constelación zodiacal que hace sentir su influencia en el mes de nuestro nacimiento. Si nací en enero soy Acuario; si nací en agosto, soy Leo... etc. La creencia en los horóscopos es peligrosa. Casi es como creer en otra religión. Porque intentan hacernos creer que no somos libres sino que estamos determinados en todo por nuestro signo zodiacal. No sería yo quien realiza su propia vida, sino que todo mi obrar estaría dirigido por una extraña fuerza proveniente de las estrellas. Pero nada de lo que dicen los horóscopos está científicamente fundado. Lo que afirman sobre Sagitario hoy, lo dirán mañana de Piscis y viceversa. Es un triste problema que los horóscopos sigan haciéndose y, peor aún, que haya quienes se creen todo lo que leen. No es lícito ni conveniente, pues puede robar nuestra confianza en Dios. Por otra parte, el que verdaderamente confía , cree y ama a Dios no busca símbolos o signos del cielo ni de la tierra, como bien lo explica Nuestro Señor: ¿Sabéis interpretar el aspecto del cielo y de la tierra y no sabéis distinguir los signos de los tiempos...? (Mt. 16, 1-4). A veces nos puede ganar la curiosidad de saber lo que dirán de nuestro futuro; pero lo único que conseguimos es poner nuestro mayor tesoro, la vida, en manos de suposiciones tan genéricas y ambiguas que le podrían pasar a cualquiera. Dios te cuida y te ama personalmente, ¿por qué quieres encerrarte en 12 símbolos?, que si los dividimos entre la población mundial, 6 mil millones de habitantes, a 500 millones de personas les pasaría lo mismo, lo cual no sólo es aburrido sino incluso contrario a nuestra experiencia ¿no crees? Los cristianos debemos más bien dedicar nuestro tiempo a pedir a Dios que nos aumente la fe y que nos ayude a evitar todo lo que nos aparte de Él.

Autor: P. Clemente González Mateo 23, 27-32 En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo vosotros; por fuera parecéis justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! Con esto atestiguáis, en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! Reflexión Un periodista escribió que admiraba la belleza de la Madre Teresa de Calcuta. ¿Qué belleza? ¡Si era una viejecita llena de arrugas, vestida igual que la gente humilde de la India, y con unas pobres sandalias en los pies! Seguro que el periodista hablaba de la belleza interior, que pasa más desapercibida, pero es mucho más hermosa. Es una lástima que Jesús tuviera que decirles esas palabras tan fuertes a los fariseos. De hecho, Jesús acogía a los pecadores. Pero la hipocresía le ponía de mal humor. Es peor aparentar la bondad que ser malo. Porque del malvado nos podemos proteger, pero del otro... se nos cuela y nos engaña. Hay que llegar a transparentar lo que en realidad somos. Eso nos quita muchos dolores de cabeza. No es necesario esconderse en un coche de lujo para que los otros no descubran que somos gente sencilla. Ni tampoco presumir de las propias cualidades si no somos capaces de ponerlas al servicio de los demás. La hipocresía también es una mentira de cara a Dios, porque Él nos ve tal como somos. A El no le podemos engañar. Y si somos poca cosa, ¿qué importa? Dios nos quiere así.

Autor: Ma. Esther De Ariño Hay días que todo parece hecho para sacarnos de quicio. Hay días que uno y mil detalles, pequeños quizá, nos ponen con los nervios de punta y sentimos que la paciencia se nos termina ante tanta contrariedad. Hoy, Señor, es uno de esos días....Por eso estoy aquí, porque necesito esa virtud que tanto y tanto me cuesta... necesito que me ayudes, que des sosiego a mi alma, paz a mi mente que parece caballo desbocado y esa impaciencia me hace mucho daño. ¡Ayúdame, Señor! tu que sabes de la ESPERA ETERNA PACIENTE Y AMOROSO. Al abrir los ojos ante un nuevo día lo primero que debí hacer es poner mi mente y mi corazón para darte gracias, después pedirte. Pedirte sin temor de abrumarte. Es la manera de involucrarte en nuestro diario vivir. Tu como Padre bueno nos escuchas y sabes de todas nuestras necesidades, aún mejor que nosotros, pero quieres que te lo pidamos y así hacemos un diálogo directo contigo. "Pedid y recibiréis , llamad y se os abrirá"- nos dices. No siempre se cumplen nuestros deseos al pie de la letra pero hemos de estar seguros que alguna gracia nos llegará en lugar de aquello que pedimos con todo el corazón y no se nos dio porque los planes de Dios no siempre coinciden con los nuestros. Lo que siempre debemos de pedir con gran fe es que nos llene de paciencia para vivir el nuevo día que se abre ante nosotros. La paciencia es una virtud que hace que soportemos los males con mucha más aceptación. Dicen que la paciencia es más útil que el valor. Nos da la cualidad de saber esperar con tranquilidad las cosas que tardan en llegar y nos hace más llevadero todo aquello que nos alcanza y nos hace sufrir: enfermedades, reveses de fortuna, momentos de dolor y prueba, impotencia ante una amarga situación, etcétera. Todo esto con paciencia será mejor llevado y dará a nuestro diario vivir la paz anhelada. Mil cosas vendrán que pondrán a prueba nuestra dosis de paciencia. Por eso hay que tener un verdadero caudal, fuente inagotable de la que siempre podamos beber. ¡Qué no se nos acabe la paciencia! porque si ella se nos termina rápidamente ocupará su lugar en nuestra alma la desesperación, la irritación, el mal modo, el abatimiento, el enojo y tal vez la ira. La ira es uno de los pecados capitales que más nos desgarra el alma, nos convulsiona, nos enloquece hasta perder toda dignidad y compostura. Voy a ejercitar en todas las cosas mi paciencia. En este mundo actual es una de las virtudes más difíciles de poseer y sin embargo es de las más necesitadas precisamente por la forma de vivir tan compulsiva y apremiante que tenemos. La paciencia y la paz van siempre unidas. En mi caminar por la vida, si tu me ayudas Jesús, voy a encontrar y poseer una paciencia a prueba de todo y la paz se me dará por añadidura. Sé que no es fácil, ante ciertas circunstancias y personas tener paciencia, pero hay que pedírtela. Señor, con todo el corazón y con esta petición veré que crece y se fortalece. Ayúdame mi Señor, en todas las pruebas que me salgan al paso.

Budismo
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Buddha.
Budismo
Fundador
Siddhārtha Gautama también conocido como Śākyamuni, Tathāgata o "El Buda"
Ramas
Sur (Theravāda) (sútrico)
Este (Mahāyāna) (sútrico)
Norte (Vajrayāna) (tántrico)
Figuras simbólicas de devoción o "deidades"
Avalokiteśvara, Tārā, Adi-Buda, Amitābha, Bhaisajyaguru, Kwan Yin, Manjushri, Vairochana y otras.
Tipo
no-teísta, religión dhármica
Nombre y número de seguidores
budistas, de 200 a 1600 millones según la fuente
Escrituras
Común a todas las escuelas es el Canon o Tripiṭaka (‘Tres Canastas’):
Vinaya
Sutra
Abhidharma
Los budismos del Este y del Norte añaden otros textos específicos a sus tradiciones.[1]
Lenguas de las escrituras
sánscrito, palí, chino, tibetano, japonés, coreano
Lugares sagrados
Lumbini(Nepal), Bodh Gaya, Sarnath y Kushinagar (India)
País con mayor cantidad de budistas
China
Organización internacional
Comunidad Mundial de Budistas (con sede en Tailandia)
Símbolo
La Rueda del Dharma
Edificios
Pagodas, Vihāras, Estupas, Wats.
Monásticos
bhikṣus, gelongs, lamas, bonzos, roshis, etc.
Religiones relacionadas
Hinduismo, jainismo, sijismo
El budismo es una religión[2] no teísta[3] perteneciente a la familia dhármica y, según la filosofía hindú, de tipo nastika.[4] El budismo ha ido evolucionando en la historia hasta adquirir la gran diversidad de escuelas y prácticas hoy presentes.
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Origen, expansión y diversificación del budismo [editar]
El budismo se desarrolló a partir de las enseñanzas difundidas por su fundador, Siddhartha Gautama, alrededor del siglo V a. C. en el noreste de la India. El budismo inició una rápida expansión hasta llegar a ser la religión predominante en India en el siglo III a. C.. En este siglo, el emperador indio Asoka la hace religión oficial de su enorme imperio, mandando embajadas de monjes budistas a todo el mundo conocido entonces. No será hasta el siglo VII EC cuando iniciará su declive en su tierra de orígen, aunque para entonces ya se habría expandido a muchos territorios. En el siglo XIII había llegado a su casi completa desaparición de la India pero se había propagado con éxito por la mayoría del continente asiático.[5]
El budismo ha significado un motor principal en la difusión de la escritura,[6] el lenguaje,[7] y la adopción de valores humanistas y universalistas. Es por tanto la gran filosofía de Asia porque su práctica ha logrado expandirse a la totalidad de sus países. Desde el siglo pasado se ha expandido también por el resto del mundo. Al carecer de una deidad suprema pero mostrar a la vez su carácter salvífico y universalista, ha sido descrita también como fenómeno transcultural,[8] filosofía,[9] o método de trasformación.[10]
El budismo es en número de seguidores una de las grandes religiones del planeta.[11] Contiene una gran variedad de escuelas, doctrinas y prácticas que históricamente y bajo criterios geográficos se clasifican en budismo del Sur, Este y Norte.[12]
Véase también: Historia del budismo

Buda Gautama.
Artículo principal: Buda Gautama
Hay certeza histórica y científica sobre la existencia del Buda Gautama, originalmente llamado Siddharta Gautama y conocido después también como Śākyamuni o Tathāgata. Se sabe que provenía de la segunda casta hindú, la kṣatriya, compuesta de guerreros y nobles. No obstante, algunos estudiosos como Andreu Bareau afirman que no es posible saber con exactitud si era un príncipe o un noble.
La vida y enseñanzas de Gautama se transmitió de manera oral hasta la primera compilación escrita del budismo, llamada el Canon Pāḷi, los hechos de su vida aparecen de manera dispersa. Pero no existirá una compilación biográfica completa hasta bastantes siglos después, siendo la más reconocida la del maestro y erudito indio Aśvaghoṣa[13] que vivió en del siglo I de Nuestra Era.
Los relatos sobre la vida de Siddhārtha están mezclados con mito, leyenda y simbolismo. Más allá de su simple interés biográfico, estas historias son vistas como una guía para la vida de sus seguidores, en la que los diferentes episodios clave constituyen metáforas de los procesos de crisis y búsqueda espiritual del ser humano. Además de la recopilación sobre su vida como Siddhārtha, existen también relatos sobre sus vidas previas llamadas jatakas. Los Jatakas tienen una base folclórica y tradicional, y se suelen usar de manera complementaria para ejemplificar la atemporalidad de la búsqueda de la iluminación que protagonizan todos los seres. En estos relatos Buda aparece como un bodhisattva; alguien que atraviesa obstáculos a través de varias vidas en el camino hacia el Nirvāna.
Los Cuatro Encuentros fueron, según la tradición, una de las primeras contemplaciones de Siddhārtha. A pesar de las precauciones de su padre, alcanzó a salir del palacio en cuatro ocasiones en las que vio por primera vez en su vida a un anciano, a un enfermo, a un cadáver y por último a un asceta, realidades que desconocía personalmente.
A los 29 años, después de contemplar los cuatro encuentros, decidió iniciar una búsqueda personal para investigar el problema del sufrimiento. A esta decisión se le llama La Gran Renuncia. Se unió al entonces numeroso y heterogéneo movimiento hindú de los sramanas (‘vagabundos religiosos mendicantes’), renunciando a todos sus bienes, herencia y a su posición social, para seguir prácticas religiosas y ascéticas.

El Loto es el símbolo del Despertar; el florecimiento del loto representa al momento del Nirvāna.
Siddharta se dio cuenta, después de casi matarse de hambre a causa de un estricto ascetismo, que la moderación entre los extremos de la mortificación y la indulgencia lograba incrementar sus energías, su lucidez, y su meditación. Con este hallazgo, que llamó Camino medio, comió algo y se sentó bajo una higuera Bodhi, una especie sagrada en la India, con la promesa de no levantarse hasta hallar la solución al sufrimiento y ser un Buda. Esto ocurrió en la localidad de Bodhgaya, cerca de Benarés, que actualmente es un sitio sagrado de peregrinación budista.
Siddharta atravesó distintas etapas de meditación. En la primera parte de la noche logró el conocimiento de sus existencias anteriores (pubbe nivasanussati ñana), durante la segunda parte de la noche alcanzó el conocimiento de ver seres morir y renacer de acuerdo con la naturaleza de sus acciones (cutupapata ñana) y durante la última parte de la noche purificó su mente (asavakkhaya ñana) y tuvo un entendimiento directo de las Cuatro Nobles Verdades (cattari ariya-saccani).
Como última prueba se presentó Mara (la tendencia a la maldad en seres samsáricos, a veces interpretado como demonio), quien hizo una serie de tentaciones. Sin embargo, Sidarta no cayó en estas tentaciones, con lo que logró ser libre del aferramiento a las pasiones pero sin represión de estas (destruyendo la cuarta y quinta cadena del samsara).
Al final, conoció que había logrado un estado definitivo de "no-retorno" al que se llama Nirvāņa, que significa ‘cese (del sufrimiento)’ pero que no es posible describir claramente con lenguaje. En ese momento dijo "hecho está lo que debía hacerse". Tras alcanzar la iluminación, dedicó su vida a propagar sus enseñanzas en el norte de la India.
La iluminación de Gautama es el punto de partida histórico del budismo, y parte de la enseñanza de que alcanzar el Nirvana es posible; todos los seres humanos tienen el potencial de lograr un cese del sufrimiento y comprender la naturaleza bodhi.

Jóvenes monjes budistas tibetanos de Drepung.
El budismo no está organizado con una jerarquía vertical. La autoridad religiosa se basa en los textos sagrados; los Sutras (literalmente ‘discursos’). Además de eso, hay un numeroso material de interpretación en el que contribuyen maestros y personajes a través de la historia que los han comentando y analizado.
La comunidad monástica se organiza históricamente por líneas de transmisión en el tiempo, y en algunas escuelas las cadenas de relaciones entre maestros y discípulos son centrales. Los laicos tienen distinto papel dependiendo de las dos grandes ramas, Theravada (‘escuela de los ancianos’) y Mahayana (‘gran vehículo’). En el budismo mahayana, la vida laica se considera tan útil para alcanzar el Nirvana como la vida monástica, mientras que en el theravada se da un énfasis a la vida monástica. Otra clasificación muy común es identificar a una tercera rama; el Vajrayana (o Tántrico), que se puede considerar una parte o una división del Mahayana.
Esta organización religiosa descentralizada ha permitido una enorme flexibilidad de puntos de vista, variaciones y enfoques. Las variantes de budismo se dieron por divisiones en el tiempo de puntos de discusión doctrinales, como un árbol ramificado.

Templo budista en Singapur.
En general el budismo se fue implantando en muchos países sin entrar en conflicto directo con las religiones autóctonas, sino en muchos casos, intercambiando influencias. A diferencia de otras religiones el budismo no conoce la noción de guerra santa, la conversión forzada, ni tampoco considera la noción de herejía como algo siempre pernicioso. Aunque han existido algunos episodios históricos de enfrentamientos violentos por cuestiones de doctrina o de acoso a personajes disidentes o algunas minorías, éstos son excepcionales para una religión que se convirtió en la mayorítaria de Asia durante un recorrido histórico de 2.500 años. El pluralismo de enfoques y la aceptación de distintos puntos de vista doctrinales ha sido históricamente algo compartido y aceptado en la comunidad budista, lo que ha dado lugar a una enorme cantidad de literatura religiosa y filosófica.
Las estimaciones sobre el número de budistas en el mundo varían significativamente, según diferentes fuentes disponibles[14] [15] [16] [17] entre los 1691 millones[18] y los 230 millones.[19] Esto significa que el budismo es de las mayores religiones de la humanidad en número de seguidores. Estas cifras han aumentado considerablemente tras las recogidas en el siglo XX, sobre todo porque en países como China empiezan a aparecer los datos tras su apertura política. Así mismo, en India se han dado conversiones masivas al budismo de cientos de miles de personas pertenecientes a la casta de los intocables (Dalits).
La mayoría de los budistas están en Asia. Para obtener una cifra mundial más exacta, la principal dificultad es dar una cifra sobre China. El budismo posee un importante arraigo histórico en ese país, sin embargo es oficialmente un país ateo, en el que además se practica una religión popular tradicional muy heterogénea y sincretista que, entre otros, incluye elementos budistas, y que con frecuencia se lista por separado.
En los países de Occidente el número de budistas ha crecido significativamente en los últimos 50 años. En Europa Occidental cuenta 20 millones de seguidores y es hoy el 5% de la población. En Estados Unidos el budismo tiene una gran implantación con unos 6 millones de seguidores.

Estudios y educación [editar]
En el ámbito educativo, el budismo se estudia como especialidad en algunos de los principales centros universitarios occidentales.[20] Las universidades más prestigiosas (Oxford, Harvard, Lausanne, Berkeley, Milan...) tienen sección de estudios de religiones y lenguas orientales con especialidad sobre budismo. En la mayoría de países laicos está reconocida como religión por el estado. Excepciones ocurren en países como España en donde no hay estudios universitarios ni cifras oficiales. En este tipo de países existe una situación de confesionalidad encubierta, en donde no se atiende a la existencia de otras religiones aunque se las respeta.[21] Este fenómeno existe principalmente en países semi-democráticos o en vías de desarrollo, en donde la religión mayoritaria influye en la aplicación de las constituciones de esos países. En el campo académico, en España y a semejanza con lo que ocurre en diversos campos de la ciencia, han existido y existen unos pocos expertos de religiones y lenguas orientales, pero han tenido que abandonar el país para poder trabajar al igual que ocurría en la época franquista.[22] En España hasta la fecha sólo se enseña teología católica, si bien últimamente el budismo se imparte como asignatura en paquetes de postgrado inaugurados recientemente llamados de "Estudios de Asia Oriental". España fue el primer país europeo en contactar con Asia, si bien la ausencia prolongada de estudios de religiones orientales resultar explicable por sus frecuentes régimenes confesionales y su atraso en asimilar la herencia de la ilustración europea. En un panorama distinto, en Latinoamérica existen algunas universidades con producción propia en países como Argentina, Brasil o México, desde donde han surgido autores y traductores de prestigio internacional.

Fundamentos budistas [editar]
Categoría principal: Fundamentos budistas

Estatuas budistas.
También llamado el Dharma (en sánscrito, significa: soporte, apoyo, lo que mantiene, la ley, la verdad, la auténtica naturaleza de la realidad, el camino), los Fundamentos budistas son la base de las enseñanzas del budismo.
A pesar de una enorme variedad en las prácticas y manifestaciones, las escuelas budistas comparten principios filosóficos comunes. El estudio más profundo y la práctica más intensa, solía limitarse en oriente a las órdenes monásticas. En la actualidad sólo el budismo theravada tiene un énfasis en la vida monástica a detrimento de la vida laica. Las otras corrientes desarrollan y elaboran sobre determinados aspectos del budismo original de la India.[23]
Todos los elementos de las enseñanzas filosóficas fundamentales se caracterizan por estar estrechamente interrelacionados y contenidos en otros, por lo que para alcanzar su entendimiento se necesita una visión holística de su conjunto. Además, se suele subrayar el hecho de que todas las enseñanzas son solo una manera de apuntar, guiar o señalar hacia el Dharma, pero del cual debe darse cuenta el mismo practicante. El Dharma solo puede ser experimentado o descubierto de manera directa a través de una investigación y disciplina práctica personal.

Puntos importantes para entender el camino budista [editar]
Algunas ideas erróneas sobre el budismo [editar]
Véase también: Dificultades occidentales para definir el budismo
El "despertar" budista no es debido a una revelación divina, sino que se produce como un descubrimiento directo y personal de la realidad última. Un Buda no es un dios, ni un mesías, ni un profeta. El budismo no afirma a un creador del universo como causa útlima de la realidad, y sus enseñanzas no son percibidas por sus seguidores como dogmas.
Véase también: No-yo

El problema del que parte el budismo [editar]
El propósito del Budismo es la erradicación definitiva del sufrimiento, insatisfacción vital, o descontento que se manifiesta de manera inevitable en uno u otro momento de la vida. Acorde al pensamiento budista, la causa de la insatisfacción (frustración, tensión, etc..) es el deseo (‘sed‘ entendido como los movimientos de la voluntad para la aproximación o el rechazo, surgiendo aferramiento, aversión, temor, etc...).
Todas estas ‘pasiones‘ se desarrollan por un "yo" que es vivido como totalmente existente y que de ese modo los padece. Pero debido a que el "yo" es una entidad que depende de varios factores para poder existir, es considerado en el budismo como una ilusión que depende de ellos. Es por tanto un efecto que surge de la ‘ignorancia‘, es decir, de una percepción errónea de la vida, la existencia y el ser. El "yo" es por tanto mantenido como el resultado de un proceso continuo de cinco agregados que varían a cada instante.
Véase también: Cuatro nobles verdades, Duḥkha, Transitoriedad, Tṛṣṇā y Cinco agregados

Cuándo estaría solucionado el problema según el budismo [editar]
El cese definitivo de este problema se da, según el budismo, tras el ‘despertar‘, que ocurre como resultado del cultivo (Bhavana) de las enseñanzas de Buda. Este despertar supone el cese de una errónea posición respecto a la realidad y la vida. Este cese se produce según algunas escuelas budistas mediante un aprendizaje progresivo y según otras mediante un aprendizaje centrado en la intuición y la espontaneidad. Ese cese (Nirvana) implica que la persona ‘se da cuenta‘ por él mismo de manera directa de la verdadera naturaleza de la realidad y de él mismo. El despertar consiste pues en la experiencia directa más allá del entendimiento intelectual de que los objetos y fenómenos de la realidad (incluida la propia persona) no existen exactamente de la manera en que eran vividos anteriormente.
Esta experiencia de transformación lleva a un nuevo estado no expresable con conceptos o palabras; en donde se alcanza el potencial innato ‘desvelando‘ una profunda e inherente sabiduría y compasión por todos los seres vivos.
Véase también: Bodhi, Surgimiento condicionado, śūnyatā y renacimiento (budismo)

Cómo propone el budismo resolver el problema. La práctica [editar]
Al ser imposible explicar con el lenguaje este nuevo estado, las enseñanzas resaltan que sólo pueden señalar o indicar al seguidor cómo alcanzarlo por sí mismo. Con este fin, el budismo prescribe un método, o ‘camino‘, con el que se intenta evitar los extremos de una búsqueda excesiva de satisfacción por un lado, y de una mortificación innecesaria por el otro. Este camino comprende la sabiduría, la conducta ética y el entrenamiento o cultivo de la ‘mente y corazón[24] por medio de concentración,[25] atención y la plena consciencia del instante presente[26] de manera continua.
Véase también: óctuple noble sendero y camino medio

Las Tres Características de la Existencia (Tri-Laksana) [editar]
Artículo principal: Tri-Laksana
(en sánscrito) Las Tres Marcas, Los Tres sellos, Las Tres Realidades
Esta enseñanza fundamental del budismo explica cómo es la naturaleza de los fenómenos y objetos del mundo percibido, los cuales poseen tres características universales:
Sabbe Samkhara Anitya: transitoriedad, cambio o inestabilidad.
Sabbe Dharma Anātman: insustancialidad, "no-yo intrínseco" o inexistencia de un sí-mismo inmanente.
Sabbe Samkhara Duḥkha: cualidad de producir descontento o insatisfacción.
La práctica budista considera que la liberación del individuo no consiste únicamente en un conocimiento lógico, teórico o intelectual de estas tres realidades, sino en su comprensión y aceptación interna, auténtica y plena.

Causa y Efecto (Karma o Karman) [editar]
Artículo principal: Karma
(en sánscrito) Causalidad, Ley de causa y efecto. Acción intencional o volición. Semilla. Condicionamiento.
Según el budismo, toda acción intencionada (karman) crea uno o varios efectos que aparecen cuando las circunstancias son proclives, a lo que se llama maduración (vipaka) o fruto (phala). El karma en aplicación a la doctrina budista se refiere a cualquier acción de habla, cuerpo o pensamiento. Por tanto los movimientos ajenos a la volición o la intencionalidad - como ocurre en el caso de actos reflejos - son neutrales kármicamente. Sin embargo, cualquier movimiento de la voluntad es karma aunque no sea consciente.
El "buen" y "mal" karma se distinguen de acuerdo a la raíz de las acciones. En el Kukkuravatika Sutta[27] Buda clasifica el karma en 4 grupos:
1 - oscuro con resultado oscuro.
2 - brillante con resultado brillante.
3 - oscuro y brillante con un resultado oscuro y brillante.
4 - ni oscuro ni brillante con un resultado ni oscuro ni brillante.
La oscuridad (el mal) no puede dar lugar a un brillante (feliz) resultado, pero aun así el karma puede estar mezclado debido a una variedad de motivos buenos y malos.
El karma en el budismo explica también las diferencias por las que los seres tienen una vida más o menos larga, riqueza, belleza, salud o sabiduría. En el Cula-kammavibhanga Sutta[28] Buda explica que éstas cosas no existen por casualidad sino por el karma. No obstante, el karma no debe ser visto como una especie de justicia universal, ya que es una ley para explicar un mecanismo que está ausente de algún juez. Así, en el Mahakammavibhanga Sutta[29] Buda explica los 4 tipos de personas que deben distinguirse respecto al karma y su destino previsible:
1 - quien hace el mal y va a un infierno, estado de deprivación o un renacimiento inferior.
2 - quien hace el mal y va a un cielo, estado feliz o renacimiento superior.
3 - quien hace el bien y va a un cielo, estado feliz o renacimiento superior.
4 - quien hace el bien y va a un infierno, estado de deprivación o un renacimiento inferior.
nótese que cielo e infierno no están expresando exclusivamente el destino tras la muerte, sino estados luminosos y felicidad o bien de oscuridad e infelicidad, que existen también en vida como efectos de acciones previas. El mecanismo del karma supone por tanto un reflejo bastante fiel de la realidad, no siempre considerado justa y en donde a las acciones buenas o malas no les sucede siempre el efecto deseado.
La doctrina de karma budista no es totalmente determinista ni fatalista. Karma no significa destino ni predeterminación, ya que no existe un automatismo ciego en la voluntad respecto a las tendencias mantenidas y no es posible anticipar que ocurrirá. La práctica budista además permite tomar observación y consciencia de este funcionamiento para ocasionar un distanciamiento respecto a esas tendencias. El karma no se debe entender como castigo al igual que tampoco lo hacemos, por ejemplo, con el ADN. Karma es una más de las cinco tipos de condicionalidad o procesos lógicos del Universo (niyamas). Condicionalidad 1. inorgánica, 2. orgánica, 3. psicológica, 4. moral y 5. Trascendental. Estos tipos de condicionalidad son impersonales y no hay intervención divina en ellos. Del mismo modo que la ley de la gravedad no requiere intervención divina. Algunos tipos de condicionalidad son inmutables: ni siquiera un Buda puede escapar de ser afectado una vez que ya nació y tiene un cuerpo.

¿Cómo funciona el karma? [editar]
El rol de actuación de la persona respecto al karma se circunscribe en la explicación budista sobre la experiencia de la realidad y como la individualidad se expresa. En el Abhidhamma Pitaka se describen 52 factores mentales (cetasikas) que surgen en varias combinaciones para dar lugar a 89 posibles estados de consciencia (cittas). Desde aquí se consideran 4 elementos físicos primarios y 23 fenómenos físicos que se derivan de ellos. En éste escenario existen los movimientos de la voluntad, y es en donde se condicionan o refuerzan hábitos y tendencias (samskara) para crear, de manera acumulativa, lo que se nos aparece como nuestra personalidad o carácter. El proceso resumido de todo ello y que explica el Karma respecto a la acción sera resumido como: 1. Samskara o predisposición, 2. Karma o acto volitivo y 3. Vipaka o fruto; resultado. El resultado de nuestras acciones nos otorga una experiencia que promueve nuevamente una disposición Samskara, y así continúa.
En el budismo, las diferencias entre las acciones volitivas se expresan sólo en términos de habilidad o destreza. Si las motivaciones o raíces (mula/hete) corresponden con alguno de los Tres Fuegos (véase Duhkha) son torpes por ser malsanas y perniciosas (akuśala), y si corresponden a sus opuestos son hábiles por ser saludables (kuśala). Sin embargo, el objetivo de la práctica del renunciante (véase Nekkama) budista no es la de producir más de un tipo de karma (más mérito) y menos de otro (menos castigo), sino el de dejar totalmente de producir karma alguno para acabar con el ciclo de renacimiento. Más allá de esta breve explicación, existen varios comentarios alrededor del karma que lo clasifican en diferentes tipos para su comprensión más detallada.[30]
El funcionamiento del karman es extremadamente complejo; su resultado exacto y preciso es imposible de predecir y no siempre se manifiesta de manera inmediata, ya que su maduración depende de las circunstancias. El karman tampoco es una explicación a la mala fortuna, debido al gran número de variables y fuerzas involucradas.

Surgimiento condicionado (pratītya-samutpāda) [editar]
Artículo principal: Surgimiento condicionado
El surgimiento condicionado es expuesto en el Maha-nidana Sutta o "Discurso de las causas".[31] Constituye una formulación elaborada del proceso de existir y de cómo los seres están atrapados por la ignorancia en un ciclo de sufrimiento. Este proceso es constante, y supone una explicación que abarca tanto la duración de todas las vidas pasadas como de la vida actual, instante tras instante. Por lo tanto el "ser" supone un ámbito que se crea y destruye momento tras momento.
La originación dependiente contiene 12 eslabones:
Avidyā: ignorancia
Samskāra: formaciones mentales
Vijñāna: consciencia
Nāma Rūpa: nombre y forma (pre-materialidad)
ŞaDāyatana: sensorialidad (organos sensoriales)
Sparsha: contacto
Vedanā: sensación
Tŗşņa: deseo, querer
‘‘Upādāna’’: aferramiento
Bhava: devenir
Jāti: nacimiento
Jarā-maraņa: decaimiento, vejez, muerte.
Así, con la ignorancia como condición surgen las formaciones mentales. Con las formaciones mentales como condición surge la consciencia. Con la consciencia como condición surge el nombre y la forma. Con nombre y forma como condición surgen los órganos sensoriales. Con los organos sensoriales como condición surge el contacto. Con el contacto como condición suge la sensación. Con la sensación como condición surge el deseo. Con el deseo como condición surge el aferramiento. Con el aferramiento como condición surge el devenir. Con el devenir como condición surge en nacimiento. Con el nacimiento como condición surge el decaer, la vejez y la muerte.
Mientras la ignorancia no se erradica, de nuevo se repite el proceso sin fin. El camino budista busca erradicar la ignorancia y romper ésta cadena, en lo que se conoce como nibbana o nirvana (el cese) de ésta cadena.

Renacimiento [editar]
Artículo principal: Renacimiento (budismo)
En la India, la idea de reencarnación era ya parte del contexto en el que nació el budismo. En el budismo se prefiere el término "renacimiento" en vez de "reencarnación", debido a que no afirma la existencia un alma perdurable que pueda transmigrar. Así, el renacimiento en el budismo no es igual que la reencarnación en el hinduismo. Para entender el renacimiento es necesario entender también el concepto de anatta.
En el renacimiento budista, el proceso del karma hará que la existencia de seres conscientes se manifieste, pero no existe un alma o espíritu eterno. Así, las acciones de cuerpo, habla y pensamiento conllevan efectos que se experimentarán con el tiempo, ya sea en la vida actual o siguiente. La continuidad entre individuos la constituye esa corriente causal, que es manifestada como tendencias y circunstancias en sus vidas.
El renacimiento no es visto como algo deseable, ni significa un determinismo o destino. El camino budista sirve para que la persona pueda liberarse de esa cadena de causas y efectos. Mientras no exista un cese de este ciclo, nuestra vida es Samsárica. Si bien el individuo debe experimentar las circunstancias en las que le toca vivir, a la vez es el único responsable de lo que decida hacer frente de ellas.
La meditación, práctica fundamental en el budismo, es una herramienta útil para el budista. Con esta práctica aprende a observar cómo no existe un dueño de (sus) pensamientos, pero que a la vez es responsable de lo que decida hacer con estos. El apego o no apego son por tanto la clave para lograr conseguir más ecuanimidad respecto a sí mismo y al mundo.

Nirvāņa: El Despertar, La Iluminación [editar]
Artículo principal: Nirvana (budismo)

Hoja de Ficus religiosa o Higuera sagrada, la especie a la que pertenece el árbol bajo el cual despertó espiritualmente el fundador histórico del budismo.
Buda Gautama afirmó que es posible el cese definitivo del círculo de la originación dependiente y el renacimiento. La meta de la práctica budista es por tanto el de despertar del Samsāra para experimentar la verdadera naturaleza de la existencia y la vida. Este esquema de realidad se expresa en las enseñanzas por medio de las Cuatro Nobles Verdades, Las Tres Marcas de la Existencia, la Originación Dependiente y el Renacimiento (explicadas anteriormente). Alcanzar este estado de liberación implica por tanto vivir una nueva experiencia sobre la naturaleza de la vida, de la muerte y del mundo que los rodea.
A las personas que no hayan alcanzado este estado aún solo se les pueden proporcionar definiciones, analogías y comparaciones imperfectas e indirectas sobre este estado. El Nirvāņa se describe principalmente por lo que no es: no-nacido, no-originado, no-creado, no-compuesto. Sin embargo no se debe confundir ni con la aniquilación o aislamiento del individuo ni con un nihilismo.
Como la experiencia del Nirvāņa no es descriptible de manera clara con el lenguaje, y por lo tanto no es fácil de comunicar, lo único que se puede dar es una indicación del camino a seguir para obtenerla.

Las Cuatro Nobles Verdades [editar]
(En pāḷi: Cattari Ariya Saccani)
Artículo principal: Cuatro Nobles Verdades
Tras el despertar de Buda Gautama, el primer discurso (Sutra) que dio fue a sus antiguos compañeros de meditación, en lo que se conoce como "La puesta en marcha de la rueda del Dharma" (Dhammacakkappavattana). En este primer discurso, Buda Gautama establece las bases para la comprensión de la realidad del sufrimiento y su cese.
Estas bases se conocen como "Las Cuatro Nobles Verdades", las cuales constatan la existencia de lo que en el budismo se llama duhkha; una angustia de naturaleza existencial.
Duhkha (el sufrimiento) existe.
La vida es imperfecta, la insatisfacción y el sufrimiento existen y son universales. Este es el punto de partida de la práctica budista. Esta verdad contiene las enseñanzas sobre las Tres Marcas de la Existencia.
La causa de duhkha es tŗşņā (en sánscrito: el deseo, el querer, el anhelo, la sed).
El origen, la causa raíz, de duhkha es el anhelo, el ansia o la sed (tŗşņā) de cualquier situación o condición placentera. Creemos que algún acto, logro, objeto, persona o entorno nos llevarán a la satisfacción permanente del “yo”, cuando el "yo" en sí no es más que una fabricación impermanente de la mente. Y de ahí que el origen del anhelo sea la ilusión o la ignorancia (avidyā) en la vida samsárica. Los seres samsáricos no comprenden la manera y forma en la que realmente funciona el karma. Esta verdad contiene la explicación del Surgimiento Condicionado.
Existe un cese de duhkha.
Según el budismo, a través del aprendizaje de la observación de los procesos considerados como ignorantes y alimentados por Los Tres Fuegos, se empieza a crear la base para lograr su cese. La forma de que la insatisfactoriedad de la vida cese es la de enfrentarnos de manera directa a duhkha y tŗşņā, su causa. Al enfrentarnos a la realidad, la entendemos como realmente es, sabemos las causas del sufrimiento y como hacer para que no surjan. Esta verdad contiene la enseñanza sobre nuestra capacidad de llegar al Nirvana.
Existe un Noble Camino para lograr este cese.
El método y la disciplina para eliminar la ignorancia, el anhelo y finalmente dukkha es el camino de la sabiduría, la ética y la meditación, expuesto de manera detallada en el Noble Camino.

La práctica budista [editar]

Rueda del Dharma.

Noble Camino Óctuple [editar]
El Noble Camino (en sánscrito: Ārya Sṭāṅga Mārgaḥ) tiene ocho aspectos
Prajñā: Sabiduría
saṃyak dṛṣṭi: visión o comprensión correcta
saṃyak saṃkalpa: pensamiento o intención[32] correcta
Śīla: Conducta Ética
saṃyak vāc: habla correcta
saṃyak karmānta: acción correcta
saṃyak ājīva: medio de vida correcto
Samādhi: Disciplina Mental[33] o Cultivo Meditativo[34]
saṃyak vyāyāma: esfuerzo[35] o diligencia[36] correcta
saṃyak smṛti: consciencia del presente[37] o atención[38] correcta
saṃyak samādhi: concentración[39] o meditación correcta

Ética budista [editar]
Artículo principal: Ética budista
La ética budista se fundamenta en los principios de ahimsa (no ocasionar daño) y el Camino medio (moderación; no reprimir ni tampoco aferrarse a nada). Según las enseñanzas budistas, los principios éticos están determinados por el hecho de si una acción cualquiera podría tener una consecuencia dañina o perjudicial para uno mismo o para otros. En el budismo se utiliza la expresión de mente hábil, que es aquella que evita todas las acciones propensas a causar sufrimiento o remordimiento. El esfuerzo y la intención empleados determinará la carga kármica de la acción.
A diferencia de una regla impuesta por una autoridad, un precepto es una base o guía ética personal. La ética budista se basa en Los Cinco Preceptos:
no matar.
no tomar lo que no es dado.
no mantener una conducta sexual incorrecta: que sea dañina con otros o con uno mismo.
no hablar de manera dañina: mentir, rudeza, ostentación, cotilleo/chismorreo, charla vana.
no tomar o consumir intoxicantes que alteren negativamente la mente.
Los monjes y monjas budistas por su parte, siguen más de 200 normas de disciplina descritas en detalle en el Vinaya pitaka.

Meditación budista [editar]
Artículo principal: Meditación budista
La meditación (samadhi o bhavana) es la práctica budista por excelencia. El significado del término es "cultivo de la mente". Es por tanto una actividad que supone determinada disposición para que el practicante se sitúe en la realidad y así aumentar su comprensión y sabiduría, que son esenciales para la erradicación de dukkha. Hay muchas y variadas técnicas de meditación budista dependiendo de cada tradición y escuela, si bien todas se basan en dos componentes llamados samatha (calma mental, tranquilidad) y vipassana (conocimiento directo, intuición). En el núcleo central de toda meditación budista hay una observación tranquila y atenta tanto de los propios procesos mentales como de los fenómenos de la vida.
La meditación budista se basa en el samadhi, necesario para la realización del Nirvana. En el budismo se explican las diferentes etapas de meditación o jhanas que se experimentan en el progreso hacia el Nirvana.
A partir de una base común, a lo largo de la historia las diferentes tradiciones budistas elaboraron sus propias técnicas de meditación dependiendo de su propia evolución histórica y sus influencias culturales. En todas las tradiciones hay infinidad de técnicas y variantes meditativas, pero al basarse en los mismos fundamentos son similares. Lo característico de los sistemas de meditación budista en las diferentes tradiciones es el objetivo de alcanzar el Nirvana.

Las tres joyas (Triratna) [editar]
Todo budista toma refugio en las 'Tres Joyas, Los Tres Refugios o Los tres tesoros, siendo este acto lo que lo define como tal. Este refugio viene a significar que una vez la persona ha comprendido el sentido de liberación que subyace en el camino del Dharma, tomará refugio mientras dure su vida en:
Buda: naturaleza bodhi, nirvana o despertar.
Dharma: el budismo, la enseñanza de budas.
Sangha. la comunidad de budistas.
En muchas escuelas budistas existe algún tipo de ceremonia oficiada por un monje o maestro que ofrece la toma de refugio en las Tres Joyas. Esto es una manifestación pública del compromiso pero no es algo indispensable. La persona puede por ella misma tomar refugio con sinceridad y es suficiente para considerarse budista.
Quienes no han tomado refugio pueden beneficiarse del budismo al considerarlo una filosofía, un método de entrenamiento práctico espiritual. Por este motivo, y al estar desligada de la devoción a deidades, a menudo hay personas de otras religiones o sin religión que estudian la meditación budista.

Véase también [editar]
Portal:Budismo Contenido relacionado con Budismo.
Arte budista · Budismo e hinduismo · Budismo tibetano · Budismo y ciencia · Budismo y sexualidad · El budismo en el cine · Grecobudismo · Línea de tiempo del budismo · Meditación · Sutras · Wesak

Figuras budistas históricas [editar]
Ashoka · Bodhidharma · Nāgārjuna · Nichiren · Padma Sambhava

Filósofos budistas [editar]
B.R. Ambedkar · Juan Arnau · Ananda Coomaraswamy · S. N. Goenka · Lama Anagarika Govinda · Kumarajiva · Padmasambhava · Rinzai · Daisetz Teitaro Suzuki · Francisco Varela · Xuanzang · Xu Yun · Volker Zotz

Políticos y activistas budistas [editar]
Dalái Lama · Thich Quang Duc · U Thant

Hinduismo
De Wikipedia
Símbolo de «Om»
Hinduismo o Brahmanismo
Fundador
Brahma
Deidad máxima
Trimurti
Tipo
Politeísmo, filosofía india
Nombre y número de seguidores
Hindúes, unos 800 millones
Texto sagrado
Bhagavad gita, Puranas, Maha Bhárata
Lengua litúrgica
Sánscrito
Nace en
India
Tierra santa
India
País con mayor cantidad de hindúes
India
Ramas
Gran cantidad de subdivisiones, por ejemplo vishnuismo, shivaísmo, shaktismo, lingayat, etc.
Organización internacional
Federación Mundial Hindú.
Símbolo
La sílaba Om
Comunidades
Áshrams.
Clero
Gurús, swamis, etc..
Religiones relacionadas
Budismo, jainismo, sijismo
El hinduismo es una tradición religiosa de la India. En sánscrito se conoce como sanātana dharma (‘religión eterna’) o vaidika dharma (‘deber védico’).
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Etimología [editar]
Se denomina 'hinduista' a la persona que practica alguna de las religiones del hinduismo, pero también designa a quien forma parte de la cultura hinduista. Originariamente la palabra proviene del idioma persa hindu, que era la manera en que los persas pronunciaban el nombre del río Sindhu (en español, el río Indo, que antiguamente era la frontera de Indostán). Según la Real Academia Española, la palabra en castellano proviene del francés hindou.
Debido al hecho de que la mayoría de la población de la India profesa el hinduismo, junto con el deseo de evitar la ambigüedad del gentilicio indio (usado también para designar a los aborígenes del continente americano) explica que prácticamente desde su introducción al idioma español en el último tercio del siglo XIX se haya usado también la palabra hindú para designar a los naturales de la India.
Este uso extensivo de hindú es admisible en contextos en que no exista riesgo de confusión con su sentido estrictamente religioso. hindú=Religión & Indio=Gentilicio de la India y/o Indias descubiertas por Colón.

Localización y cronología [editar]
El hinduismo es mayoritario actualmente solo en tres estados del mundo, India (cuna del hinduismo y su tierra sagrada), donde son el 75%, Nepal donde son el 85% y la isla africana de Mauricio, aunque Nepal era hasta hace poco el único Estado del mundo que reconocía al hinduismo como religión oficial. También son mayoría en la isla indonesia de Bali. Tras la independencia de India y la división del subcontinente indostaní en territorios de mayoría hindú y musulmana, se formó el Estado de Pakistán para la población islámica, pero importantes minorías hindúes quedaron remanentes. Tras la secesión de Pakistán Oriental (actual Bangladesh), la antigua colonia británica quedó dividida en tres Estados. En Bangladesh la minoría hindú es mucho mayor que en Pakistán y se han suscitado violentos actos contra ella -así como contra budistas, cristianos y animistas- practicamente desde la independencia del país, hasta el extremo de haber desaparecido de las estadísticas practicamente 3 millones de bengalíes, en su inmensa mayoría hindúes-desde 1971 (informe del Departamento de Estado de Estados Unidos llevado a cabo por el entonces senador Edward Kennedy) en lo que debe ser considerado el mayor genocidio llevado a cabo en décadas.
También hay importantes minorías hindúes en Afganistán (donde durante el régimen Talibán fueron forzados a usar un distintivo, como los judíos en la Alemania Nazi), Bután, Birmania, Camboya, Indonesia, Malasia, Sri Lanka y Tailandia. En Occidente, hay hindúes en casi toda Europa Occidental, siendo Gran Bretaña el que tiene la mayoría, y también son notables en Estados Unidos. Existen minorías hindúes en muchos países latinoamericanos, muy notablemente en Panamá.


Suma de culturas [editar]
El hinduismo no posee fundador, no es una religión ni una filosofía sino una suma de ellas, un conjunto de creencias metafísicas, religiosas, cultos, costumbres y rituales que conforman una tradición, en la que no existen ni órdenes sacerdotales que establezcan un dogma único, ni una organización central.[1]
Se trataría más bien de un conglomerado de creencias procedentes de pueblos de diferentes regiones junto con las que trajeron los arios que se establecieron en el valle del Indo.
Los hinduistas llaman a aquella tradición religiosa sanātana dharma (‘religión eterna’), porque creen que no tiene principio ni tendrá fin. Según ellos ha existido durante más de 5000 años. Consideran que el hinduismo es la tradición religiosa más antigua del mundo.

Contexto [editar]

La diosa Kali (Durgā) y el dios Bhairava (Shivá) copulando
El número de hinduistas, dentro y fuera de la India, abarca a más de 800 millones de personas. En la India, los hinduistas son el 75% del total de la población.
En el hinduismo como cultura existe el teísmo, el deísmo, el politeísmo, el panteísmo, el agnosticismo y el ateísmo. Así como un judío de cualquier nacionalidad se siente culturalmente judío (incluso si es ateo), el hindú se siente culturalmente hindú. Un budista hindú se diferencia de otro budista cualquiera por su cultura.
El hinduismo está estructurado por varias religiones que son tan diversas como contrarias en sus formas. Dentro del hinduismo hay religiones politeístas, monoteístas, panteístas, ateas (en sentido limitado, es decir, que pueden reconocer la existencia de realidades sobrenaturales), etc. De igual forma existe un conjunto de filosofías que abre un abanico de posibilidades.
El hinduismo carece de una doctrina única. Cada religión sigue la suya propia: Los vaishnavas creen en un ser supremo eterno, llamado Vishnú, sin embargo, los vaishnavas gaudiyas (‘vishnuistas bengalíes’) adoran exclusivamente a Krishna.
En el Vedānta esa suprema realidad es denominada Brahman y no tiene pasado, presente ni futuro y es infinito. Todos los demás seres del universo son su expresión, por lo que se le considera principio del universo. Esta visión puede considerarse panteísmo o monoteísmo según el punto de vista.
Los shivaístas de Cachemira creen en un solo dios, Shivá, y niegan la importancia de Brahmā y Vishnú. Su visión monista del universo ha sido plasmada en los Shivá Sūtras. Por otra parte la filosofía Samkhya de Kapilá es una filosofía profundamente atea y actualmente considerada ortodoxa.

Doctrinas [editar]

Estatua de Shivá en Rishikesh (India)
En el hinduismo hay diversidad de creencias, pero básicamente los hinduistas creen que detrás del universo visible (Māyā), al que atribuyen ciclos sucesivos de creación y destrucción, hay otra existencia eterna y sin cambios. Abandonar el ciclo de reencarnaciones (samsara) y retornar al universo espiritual constituye el mayor de todos los logros para los hinduistas.
En la corriente hinduista impersonal, Dios es denominado Brahman. Todos los demás seres son su expresión, por lo que se le considera principio del universo. Esta visión puede ser llamada panteísmo.
Sin embargo, la complejidad del hinduismo es tal, que difícilmente puede etiquetarse o darle una descripción. Una de sus características es la multiplicidad de dioses. En textos occidentales llegó a hacerse popular la tríada hindú, llamada Trimurti (‘tres formas [de Dios]’: los dioses masculinos Brahmā, Vishnú y Shivá), pero generalmente nadie adora a los tres dioses. Muchos hinduistas adoran a la diosa Durgā (conocida por algunos por uno de sus aspectos como Kali), pero también a un gran número de otros dioses, incluidos dioses comarcales.

Relaciones entre doctrinas [editar]
La presencia de escuelas diferentes dentro del hinduismo no debe ser vista como un cisma. Por el contrario, no hay animosidad entre las escuelas. En vez de eso, hay una polinización de las ideas entre las escuelas, y un debate lógico que sirve para refinar el entendimiento de cada escuela del hinduismo. No es poco común, y es permitido, que un individuo siga una escuela pero que tome la perspectiva de otra escuela para ciertas cuestiones.

Tendencias en el hinduismo [editar]
Monoteísmo: muchos hinduistas creen en un solo Dios.
Politeísmo (creencia en varios dioses): porque —como varias religiones de la India— profesan el sincretismo.
Advaita: un tipo de hinduistas que creen en un Dios abstracto, o en un Dios energía, no persona.
Idolatría: para los hinduistas, Dios puede entrar en una estatua (murti) para permitir su adoración (baño, ofrenda de comida, etc.).
Dentro del monoteísmo se pueden incluir el Vishnuismo (o Vaisnavismo), el Shivaísmo (que adora al dios Shivá) y el śaktismo (que adora a la diosa Kali), opuestas a la doctrina advaita (donde los jñanis estudian al Brahman impersonal).
Hay prácticas que todos respetan, como reverenciar a los bráhmanas (sacerdote) y a las vacas, no comer la carne de éstas y casarse sólo con una persona de la misma casta (el hinduismo establece el sistema social de castas).
Fuera de esto, no existen preceptos rigurosos acerca de cuándo deben formularse las oraciones y realizarse los ritos, ni propiamente una jerarquía eclesiástica.

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Para todas y todos aquellos amantes de la poesía, el cuento y la literatura. Para l@s que juegan con las letras, le escriben al amor y tejen en el recóndito corazón caminos de esperanza y toman a sorbos porciones de nostalgia.

Braulio Raúl Andrade Rodríguez

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